El día 8 de marzo en todo el mundo se lleva acabo el Día internacional de la Mujer ¿Pero es esto una celebración? Detrás de lo que hoy en día para algunos es un festejo en realidad es el eco de una gran tragedia e injustica que resuena en los más antiguos vestigios del pensamiento y desarrollo de nuestra civilización y se mantiene presente en la actualidad.
En la primera década del siglo XX, la industria textil y de confección junto millones de obreras del mundo industrializado. Con ello las huelgas en contra del capitalismo salvaje nacen y se consolidan organizaciones políticas, sociales y sindicales exigiendo el derecho a la libertad de imprenta, de expresión y mejoras laborales. Los colectivos de mujeres comenzaban a reclamar la “emancipación femenina en muchos frentes; sexual, del matrimonio, de la iglesia y del capital.

El 3 de mayo de 1908, 1.500 obreras del vestido de Chicago, celebraron el primer “woman´s day” (día de la mujer), una jornada de lucha intensa (foto 2). De noviembre de 1909 a febrero de 1910, Nueva York cubre sus calles con piquetes (foto 15) de jóvenes, niñas, inmigrantes italianas, judías, de Europa del Este. De noviembre de 1909 a febrero de 1910, Nueva York cubre sus calles con piquetes de jóvenes, niñas, inmigrantes italianas, judías, de Europa del Este. Clara Lemlich , judía, de la fábrica Triangle inició con Rose Schneiderman y otras compañeras, una huelga general textil que se convirtió en “La revuelta de las 20.000” (Uprising of the 20.000). Cerca de 50.000 mujeres formaron piquetes móviles y en línea.

Al año siguiente, el incendio provocado por la patronal de la Triangle Shirtwaist Company asesinó a 146 mujeres, de entre 14 y 32 años. Para ‘impedir la interrupción del trabajo’, la empresa cerraba con llave la puerta de salida de la fábrica. Al incendiarse las naves, 500 obreras quedaron atrapadas muriendo carbonizadas o pisadas en la calle después de arrojarse por las ventanas (foto 16). 120.000 obreras asistieron a la manifestación-funeral (foto 17).

En 1910, la segunda conferencia internacional de Mujeres Socialista en Copenhague, en donde se proclamó el día internacional de la mujer Trabajadora y se aprobó por más de 100 mujeres procedentes de 15 países que representaban a otras 100.000. Acordando celebrar el 8 de marzo como una jornada de lucha por; “los derechos de las mujeres, la paz de las naciones, contra el militarismo. Un año después un millón de trabajadoras marcharon por sus derechos en toda Europa durante el primer Día internacional de la Mujer coordinado por multitud de organizaciones.
Si ampliamos nuestra visión nos daremos cuenta que entonces la lucha feminista que hoy conocemos floreció en un suelo árido en consonancia a la Primera Guerra Mundial. Mientras que miles morían por orden de unos pocos, mujeres cómo Mother Jones fundadora del sindicato revolucionario Industrial, Elizabeth Gurley Flynn organizadora de la huelga de la sedería en Peterson, Lawrence y Lucy parson organizadora de la “huelga de pan y rosas” visibilizaban la necesidad de reubicar la lucha de sexo, raza y clase social, y la abolición del trabajo asalariado.
Sin embargo, ya ha pasado más de un siglo y pese a que algunas cosas han mejorado respecto los derechos y oportunidades de la mujer se ha visibilizado que existe un problema más allá de la exclusión del rol femenino en las diversas esferas de la sociedad. El hecho de que la mujer haya tomado en la actualidad un papel más activo en la sociedad a develado que existe un odio que ha tomado forma en su mayor expresión en miles de feminicidios visibilizados en su mayoría en forma de espectáculo por los medios de comunicación.
¿Los hombres son todos culpables de ello? ¿Las marchas son la solución?
Al apreciado lector le invito a leer esta pobre prosa en fin de responder con una escritura “singular” estas preguntas.
El macho, el machito, y hoy en día el machismo es una enseñanza qué se inculca tanto en hombres como en mujeres, otorga papeles a cada uno de ellos que cómo en una obra de teatro se tiene que seguir al pie de la letra. El papel del macho es el principal, él manda y domina en esta obra llamada sociedad, el hace y deshace a su antojo, no imparta si lo que hace daña a los demás pues eso en su casa no se puede cuestionar y una de sus reglas de oro es que no se vale llorar pues los machos de pura sangre con golpes se dan a respetar, esta regla tiene su excepción siempre y cuando de por medio haya alcohol. La mujer en su papel siempre en segundo plano debe actuar, ella sólo esta para cuidar, procrear y cocinar, su mayor virtud es aguantar los dolores en el alma que su esposo le ha de provocar, nunca tiene permiso de descansar y aguas si se llega a quejar pues el guion tiene prohibido que su voz se llegue a escuchar, es mas ella no es un personaje principal, su papel en esta obra es el de dejarse mangonear y por siempre y para siempre ella será la culpable de todo lo que le haya de pasar, sin importar que él que lo hizo fue el macho que un día le prometió que la iba amar y respetar. Esta obra hace mucho tiempo se escribió y es tan antigua que en algún punto de la historia olvidamos que podemos rescribir este guion, quizá sucedió porque estos papeles se nos dan desde que nacemos y todos hemos mal interpretado pensando que la naturaleza ha si nos ha hecho, y entre hombres y mujeres castigamos con rechazo y asco a quién se salga de su guion. Sin embargo, hubo un personaje en la obra que ya no soporto ver violada, abusada, asesinada, controlada, ridiculizada, minimizada y acosada a sus; hijas, hermanas, madres y todo aquél que no se someta al poder del macho sin razón.
El día de la mujer es un recuerdo de que los papeles deben de cambiar, en la marcha cada consigna y cada paso es para rememorar y no olvidar a las víctimas que padecieron por este pensamiento que no permite existir a quien no cumpla lo que para él es lo “normal” y relega su inexistencia con muerte e indiferencia y ¡atención!, no sólo a las mujeres también aquel que “sea”; migrante, pobre, discapacitado, con diferente orientación sexual o género u diferente color de piel. La igualdad de género se basa en la equidad que tiene en cuenta la gran diversidad entorno a las formas en que vivimos, pensamos y nos ejercemos unos con los otros. Las mujeres re escriben su papel en la sociedad y piden con su cuerpo, su voz e insurrección que se detenga la injustica e impunidad, eso implica que todos tenemos que cambiar, aunque nos cueste. A los hombres no se les pide marchar, ni ser aliados, es su tarea quitarse la venda hecha de privilegios y confort que recubre la cruda realidad de sus acciones para poder replantearse las bases en que se construye la masculinidad y a partir de ello descubrir otra manera de ser que no sea por encima de los otros o sí mismos. Las leyes no aseguran la justicia, el cambio en nuestras acciones y pensamientos en el día a día de lo individual a lo colectivo sí. Por suerte el 8 de marzo las voces de las mujeres nos recordaran que si existe la posibilidad de generar una nueva mentalidad.
Referencias
Muiña, A. La historia del 8 de marzo Día Internacional de las Mujeres Trabajadoras. Recuperado de htpp; http://www.lalinternasorda.com/8marzom.pdf
Muiña,A. (2008) Rebeldes periféricas del siglo XXI. Madrid, ed. La Linterna Sorda