
A través de los años los animales domésticos principalmente perros y gatos se han convertido en un elemento presente en el núcleo familiar de las personas, su presencia desde la antigüedad en labores como la caza y el trabajo agricultor se ha ido modificando no por completo, pero si en gran medida hacía un papel de compañía dentro del hogar. Los avances en las formas en que vivimos y trabajamos han llevado a estas especies a formar un vínculo más allá del de una herramienta de trabajo, se han vuelto en nuestras vidas amigos que nos acompañan de principio a fin, y que son un agente de alivio para esos tiempos ajetreados, claro, cada uno a su manera, los caninos esperándonos con entusiasmo, los gatos sorprendiéndonos con su gran personalidad y haciéndonos sentir especiales cuando se muestran afectuosos, y así sucesivamente podríamos encontrar el encanto en cada uno de los animales que nos pueden acompañar.
No obstante, más que una mascota es un compañero del cual tenemos responsabilidad, y algunas veces no contemplar sus necesidades puede generar estrés a ambas partes tanto animales como humanos. Por ello han surgido los animales de contención emocional ó mascotas terapéuticas pues si bien, como mencionamos, los animales son una gran compañía, un entrenamiento específico puede evitar que dicha convivencia se torne estresante o negativa para ambas partes.
Para que una mascota se considere cómo terapéutica o de soporte emocional requiere un entrenamiento básico que es muy bueno considerar si lo que queremos es tener una compañía que nos alivie, por ejemplo, estos compañeritos suelen ser usados por personas con trastornos de ansiedad, depresión, y también con discapacidades como visuales, problemas neurológicos como epilepsia y demás.
Seguro recuerdas algún día en donde estabas triste y un jugueteo de tu mascota te hizo aliviar esa emoción, de esta manera las mascotas de soporte emocional se vuelven facilitadores para nuestro bienestar, y esto sólo a cambio del amor y cuidado que ellos también necesitan, pues como se sabe, al menos en el caso de los perros, y otras especies también cuentan con emociones que guían su conducta.
De igual manera es importante considerar que no son un remplazo a un proceso terapéutico que en caso de identificar la necesidad de este, deberíamos asistir, ya que algunas veces se suele sustituir el contacto humano por el animal, cómo una clase de remplazo que escuchamos en expresiones cómo “me gustan más los animales que las personas”, los animales estarán ahí para nosotros hagamos lo que hagamos bueno o malo pues no tienen un criterio moral y por ello es importante no enclaustrarnos en su compañía solamente, pues el contacto humano nos lleva a cuestionar nuestra salud y comportamiento, y eso no lo debemos olvidar.
Si tenemos en cuenta ello, podemos reconocer el importante papel que han tenido actualmente en nuestra sociedad, a veces su compañía es el mejor alivio para la soledad, el estrés y otras contingencias. Aunque cabe pensar como hemos modificado su comportamiento natural al domesticarlos, pues no siempre fueron compañeros, algunos eran cazadores, u otros productores en su ecosistema, y esto es importante para valorar su compañía, ya que no son nuestros esclavos, sino más bien nuestros compañeros, este pensamiento conlleva un mejor trato, que valora y aprecia su compañía.
Elaborado por:
Terapeuta de CCP Isaac Miranda.